Actualmente, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es reconocida como una de las tres mejores de Iberoamérica y destaca entre las 100 más reconocidas del mundo.
El 22 de septiembre de 1910 se inauguró la Universidad Nacional de México, un proyecto impulsado por Justo Sierra, constituida por las escuelas Nacional Preparatoria, de Jurisprudencia, de Medicina, de Ingenieros y Bellas Artes en lo concerniente a la enseñanza de la arquitectura y de Altos Estudios.
Heredera de la Real y Pontificia Universidad de México, fundada por cédula real en 1551, actualmente la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es reconocida como una de las tres mejores de Iberoamérica y destaca entre las 100 más reconocidas del mundo.
Ayer, inició el ciclo escolar 2020-2021 con la reincorporación de actividades de 350 mil estudiantes de todos los niveles, con el reto de llevar a cabo una dinámica de educación vía remota debido a la pandemia por COVID.
En entrevista, Hugo Casanova Cardiel, director del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la UNAM, hace algunos apuntes sobre el papel de la máxima casa de estudios en el marco de este aniversario, así como del inicio del nuevo ciclo académico que enfrenta los retos que ha impuesto la pandemia por COVID.
Asentando el antecedente de su historia, el universitario refiere cómo los conceptos de “nacional” y “autónoma” en la UNAM han cambiado a 110 años de forma radical, debido a que aquellos que definen a las instituciones sociales y políticas están articulados a su tiempo y a su espacio.
La UNAM no sólo ha consolidado su carácter nacional al extenderse en todo el país, apunta, sino además el concepto se entiende en la actualidad por la construcción y la consolidación a la que ha contribuido en el país.
“De igual manera, el concepto de autonomía logrado en 1929 tiene, 90 años después, una significación muy diferente. Se trata hoy de una autonomía ante otro régimen, ante una democracia cada vez más consolidada, ante un esquema de gobierno cada vez más institucionalizado”.
Por otra parte, agrega, la autonomía garantiza las libertades universitarias que han permitido formar parte del más selecto grupo de universidades con presencia mundial. “Por todo ello, la Universidad Nacional hoy es autónoma en la letra, pero sobre todo es autónoma en los hechos”.
—La UNAM afronta el reto de iniciar el ciclo a distancia, ¿cómo podría afectar o no el desempeño educativo de los estudiantes y académicos?
—Sin duda, los cambios que están teniendo lugar en el ámbito educativo van a tener efectos muy significativos en la vida académica de los estudiantes y en la vida de de las maestras y maestros.
Es un hecho que la educación que arribó al 2020 se estructuró con base en una modalidad tradicional, presencial. Sin embargo, la realidad que hoy vivimos nos plantea otro escenario; adaptarnos a una realidad que combina las formas tradicionales con el aprendizaje digital a través de la computadora y la televisión. Retos inéditos para los que no estábamos preparados.
“No parece razonable cerrarse a las posibilidades de la enseñanza digital, pero de ahí a suponer que se trata de un simple cambio de canal hay un enorme trecho. Por tanto, resulta clave reiterar que la condición actual implicará modificaciones muy importantes para el desempeño del trabajo académico”.
— Además de la pandemia COVID, ¿cuál es el principal reto que enfrenta actualmente la Universidad?
— Enfrenta diversos retos. A mí me parece que el más importante que se tiene es atender con una perspectiva de justicia social a la mayor cantidad de jóvenes. Es importante que atienda esta enorme demanda social, pero también que se lleve a cabo con criterios de rigor y exigencia académica. Sin embargo, también es importante pensar en otros retos: como el de la inseguridad y violencia que viven nuestros jóvenes, mujeres y hombres. En ese sentido y aunque el reto acumulado es muy grande, es necesario señalar que la Universidad ha logrado mantenerse a la altura de las circunstancias, generando políticas para la igualdad y para la contención de la violencia de género.
— ¿Cuál es el mensaje más importante que la sociedad y los alumnos que ingresan a la Universidad deben tener claro en el marco de este nuevo inicio escolar y el 110 aniversario de la Universidad Nacional?
— Reconocer que al estar en la Universidad tenemos un enorme privilegio y una enorme responsabilidad. En cualquiera de sus niveles, implica reconocer que tenemos una oportunidad que no están teniendo miles de mexicanas y mexicanos, por lo que se requiere de su mayor esfuerzo y responsabilidad.
Casanova Cardiel enfatiza que en el contexto de la pandemia y el confinamiento, las universitarias y los universitarios deben estar a la altura del acontecimiento y de sus exigencias.
“Tenemos la gran oportunidad de demostrar que podemos cumplir con el tiempo que nos ha tocado vivir y demostrar que estamos a la altura. Contamos con una sociedad que demanda y merece a los mejores universitarios, me parece que en esto estamos involucrados todas y todos: estudiantes, académicos, trabajadores administrativos y funcionarios. Es preciso ser las mejores personas posibles para un país que mucho lo necesita”.