Tanto es el anhelo de Sandra por iniciar clases, que desde hace unos días comenzó a realizar unos dibujos para sus compañeros y maestros en espera de las clases presenciales se reactiven.
Llegó el día. Las clases en por televisión y en línea ya iniciaron y con ello, una nueva etapa para Sandra, quien inicia el primer año de secundaria de una manera muy peculiar.
Este año no hay tráfico ni nervios por conocer nuevos compañeros, sin embargo la expectativa está latente ante esta nueva forma de recibir clases.
Sandra se levantó muy temprano para tomar un poco de fruta y leche. Es importante iniciar el día con un buen desayuno, y con mayor razón en este día tan especial. La televisión ya está programa desde hace unos días, mientras que la sala de la casa ya está habilitada como salón de clases. Cuenta con una pequeña mesa blanca acomodada frente al televisor, la computadora con conexión a internet no puede fallar, el librero dispone de nuevos ejemplares para hacer las tareas.
Los colores y plumines están ya sobre la mesa. Listos para trazar mares y dibujar animales salvajes. En cuanto sus papás se los dieron, comenzó a imaginar todo lo que haría con ellos.
“¡Estos colores son perfectos para mis dibujos!”, exclamó.
El estar diagnosticada con autismo no le impide tomar clases en una de las 4 mil 947 escuelas públicas de nivel básico de la Ciudad de México, pues recibe atención de la Unidad Educación Especial y Educación Inclusiva (UDEEI) que tiene como objetivo contribuir a una educación que garantice la igualdad de oportunidades.
La maestra Dafne se comunicó unos días antes para dar seguimiento al apoyo que ya se le había dado a Sandra desde la primaria. Al igual que el resto de los profesores, se comunicó vía correo electrónico para darle la bienvenida y dar a conocer el método de trabajo.
Los profesores ven en este contexto una oportunidad de aprender ellos también. “Vamos a trabajar en conjunto para explotar sus habilidades, ella es muy inteligente, con una habilidad impresionante para retener el conocimiento”, externan sus nuevos profesores.
Las evaluaciones se basarán con el contenido de los programas de televisión y los libros de texto, además los profesores estarán enviando las tareas a través de correo electrónico.
“Necesitaremos mucha paciencia en esta primera etapa, adaptarnos a los cambios llevará tiempo. Sé y entiendo que la situación en el aspecto económico es complicada en este momento, decirles que realizar a partir de este lunes las asesorías o actividades de apoyo utilizando las aplicaciones de Google Suite o Microsoft Teams es injusto, ya que de acuerdo al censo aplicado, 82 por ciento cuenta con computadora en casa y solo un 65 por ciento cuenta con servicio de internet”, explica uno de los maestros.
Tanto es el anhelo de Sandra por iniciar clases, que desde hace unos días comenzó a realizar unos dibujos para sus compañeros y maestros en espera de las clases presenciales se reactiven.
Sin embargo, le gusta poder levantarse un poco más tarde para ver las clases en tele. Se le hace más fácil porque es muy visual, captura las clases casi de manera fotográfica y hasta recuerda detalles de las transmisiones que muchos pasan por desapercibidas.
Las clases son de 30 minutos cada una y con breves momentos que le permiten levantarse para mover un poco el cuerpo, eso le ayuda a estar menos inquieta y mejorar la atención porque al igual que el cuerpo, el cerebro también se cansa.
En punto de las cuatro de la tarde, las clases para primero de secundaria dieron inicio con la materia de español.
Pero las materias que más le gustan son artes y biología. Tiene una enorme curiosidad por todo lo relacionado con las plantas y los animales, que además disfruta dibujar. Sabe muchos datos curiosos sobre ellos… “¿Sabías que el tigre alcanza hasta los cinco metros de altura de un solo salto?”, dice de pronto, al ver las imágenes de diversas especies en la tele.
Es momento de la primera pausa y Sandra sonríe, como sonríen todos los niños a la hora del recreo porque sabe que puede salir unos minutos al patio a jugar con su gato. Abre la puerta dejándola abierta y su mascota, un gato que siempre la compaña, sale detrás de ella.