México tiene la fortuna de contar en su territorio con la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán (RBTC), joya natural que posee historia geológica y cultural, gran variedad de flora y fauna, de la que cerca de 11 por ciento es endémica, única en el mundo y sólo se puede conocer visitando la zona.
Esta Reserva se extiende en 490 mil 186 hectáreas y pertenece a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, órgano desconcentrado de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) federal.
Se trata de un área protegida en buen estado de conservación, posee ecosistemas que no han sido alterados significativamente y las actividades que ahí se realizan de protección y de conservación de manejos están enmarcadas en la Ley de Equilibrio Ecológico.
Se caracteriza por poseer ecosistemas en buen estado de conservación y por contar con dueños y poseedores de estas tierras, que se distribuyen en 51 municipios, de los cuales 31 pertenecen a la zona noroeste del estado de Oaxaca, y 20 municipios a la región sureste del estado de Puebla.
Se puede recorrer a través de la súper carretera Cuacnopalan-Oaxaca, o bien por la carretera federal 150 Puebla-Tehuacán, la carretera federal 135 Tehuacán-Oaxaca, así como por la vía 125 de Tehuacán-Huajuapan de León, Oaxaca.
En entrevista con Notimex, Fernando Reyes Flores, director de la RBTC, esta zona tiene una amplia diversidad de especies, pero prácticamente tres ecosistemas muy grandes que son matorral xerófilo, la selva baja caducifolia y bosques templados de pino, encino y juníperos.
Respecto de la fauna, el biólogo indicó que los turistas, investigadores y todo aquel que visite esta zona podrá admirar peces, anfibios, reptiles, mamíferos, aves, y algunos felinos; gracias a la buena conservación en la que se encuentra la reserva, pues se pueden encontrar especies herbívoras y carnívoras.
Hay una gran variedad de fauna, tan sólo en el grupo de los mamíferos se han registrado 131 especies, 11 son endémicas y 20 se encuentran en la Norma Oficial Mexicana (NOM) 059-Semarnat-2001; de este grupo los más estudiadas son los murciélagos registrados hasta el momento más de 36 tipos.
“En el caso de los felinos, se han documentado el lince, puma, tigrillo, jaguar undi; y no se descarta que también se cuente en esta reserva con jaguares e incluso ocelote, con ello tendríamos los seis felinos de nuestro país, porque también contamos con pecarís y venado cola blanca, que son alimentos de estos felinos”, dijo.
Formalmente el decreto tiene fecha de 18 de septiembre de 1998, pero de 1995 a 1997 fueron consideradas como áreas se conservación estatal, tanto el Valle de Tehuacán-Zapotitlán (Puebla), y la Cañada Oaxcaqueña (Oaxaca) para posteriormente juntar ambas declaratorias estatales y hacer una sola área natural protegida.
Hay cerca de 35 mil personas viviendo, y ocho grupos étnicos, alrededor de la reserva, cada uno de ellos con gran conocimiento en el manejo de los recursos que brinda la reserva como el agua y sus suelos y preservación de la flora y fauna que posee la reserva.
Lo que las comunidades hacen son sus actividades normales, la gente no tiene prohibido nada distinto antes y después del nombramiento de la reserva. Lo que se regula es el aprovechamiento para comercializar.
Hay cerca de 2 mil 700 especies identificadas hasta el momento, de las cuales 11 por ciento es endémica, destacando las cactáceas (tetechos, viejitos, candelabros y pitayos) y cycadas.
En flora también se observa una gran variedad de palma, jarilla, orquídeas, encino, mezquite, maguey mezcalero, ahuehuetes, rosetas y bromelias, entre otras.
Reyes Flores comentó que de las cactáceas obtienen algunos frutos, como el caso de la tetecha que es el botón del cactus columnar (neobuxbaumia tetetzo). Incluso, en marzo de cada año se realiza la Feria de la Tetecha para mostrar la gran variedad de platillos que preparan.
El maguey mezcalero tiene usos más amplios, la gente se llega a comer el botón de la flor. En Semana Santa adornan sus casas y el templo con los magueyes, y también preparan las bebidas como pulque y mezcal.
En esta zona está el Jardín Botánico de Los Reyes Metzontla. En él se pueden admirar un gran número de cactus columnares que no hay en otro lugar del mundo.
San Juan Raya se caracteriza por tener fósiles marinos y huellas presumiblemente de dinosaurio; mientras que en el Jardín Botánico de Zapotitlán Salinas prevalecen los “asientos de suegra”, un cactus redondo con muchas espinas y de gran tamaño, de más de 3 metros de alto.
Ignacio Carrillo Campos, comisionado de Bienes Comunales de Zapotitlán Salinas, relató que los visitantes gustan de acudir al Jardín Botánico y Vivero de Cactáceas “Helia Bravo Hollis”, en honor a la bióloga mexicana, quien en la década de 1920 comenzó a realizar sus primeros estudios de investigación en esta zona y publicó su obra “La florística del Valle de Tehuacán”.
En tanto, Rosalba Reyes Cortés, miembro del comité del Museo de Paleontología de San Juan Raya, habló a Notimex sobre la riqueza histórica que ofrece esta comunidad, perteneciente al municipio de Zapotitlán Salinas, el cual es un libro abierto para los que gustan de la paleontología, abundar sobre el cretásico y el jurásico.
“Hace aproximadamente 100 millones de años, donde hoy se localiza San Juan Raya, existió un mar poco profundo cercano a la costa, por lo que hoy en esta región se localizan fósiles de moluscos y crustáceos como turritelas, caracoles, trigonias y ostiones, entre otros”, dijo al tiempo de invitar a la ciudadanía a visitar su museo.
Al ser una extensión tan grande, de los mismos pobladores, ejidos, autoridades comunales se han formado los Comités de Vigilancia Participativa que en caso de detectar alguna anomalía, robo u otro tipo de delito dan parte a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
“Desafortunadamente en la zona tenemos algunos reportes de extracción de especies de flora como el sotolín o pata de elefante (beaucarnea gracilis) o la biznaga (mammillaria pectinifera). La primera es una planta en peligro de extinción”, señaló el biólogo Fernando Reyes tras apuntar que se reportan cerca de tres decomisos en el año 2014, y en 2015 no hay reporte alguno.
Hay plantas –abundó el biólogo- en San Juan Raya que alcanza una altura de tres metros, y aunque no hay estudios específicos del crecimiento, se estima que dichas plantas, como la biznaga, crece medio centímetro por año; entonces estamos hablando que esas plantas tan grandes tienen cerca de 300 años.
El sotolín es otra de las plantas muy longevas, se habla de 500 a 800 años en promedio, y hay cierto sector de la población que quiere estas plantas para adornar jardines, o las entradas de fraccionamientos de lujo, u otras áreas ya que no hay manera de obtenerlas a través de viveros.
Para los visitantes a la zona, la recomendación es respetar todas las indicaciones con el fin de disfrutar de los paisajes que regala esta naturaleza, en sus tonalidades ocres y verdes.
En el año también se han registrado tres incendios, por lo que se recomienda a los visitantes evitar tirar basura, cigarros que puedan provocar una conflagración, así como cuidar el área, “y lo más importante es conocerla para poder valorarla”, sustentó.
Franceses, estadounidenses y algunos austriacos han visitado esta reserva para diversos estudios. Recientemente la Embajada de Japón realizó unos estudios para apoyar a un grupo de artesanos de palma.
También se tiene un proceso de colaboración con Cuerpos de Paz de Estados Unidos que envían a esta reserva a uno o dos colaboradores en el año para la edición de materiales, guías botánicas, y certificación de educación voluntaria, entre otros apoyos.
Actualmente la Reserva de la Biósfera de Tehuacán-Cuicatlán trabaja en la conformación del expediente para obtener la denominación como Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO por sus siglas en inglés).