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Ferrocarriles a través de la historia


En un espacio de ocho hectáreas, locomotoras de vapor y eléctricas, vagones, cabuses, grúas, coches exprés y martinetes, entre otros, permanecen estáticos, listos para ser admirados por los visitantes al Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos, el cual cumplió sus primeros 27 años, el pasado 5 de mayo.

En las inmediaciones de la Avenida 11 Norte y 10 Poniente de la capital poblana permanecen estáticas cerca de 100 unidades y toda una serie de equipos que eran propios de los ferrocarrileros.

Dicho recinto museístico, que abrió sus puertas en 1988, está ubicado en las instalaciones donde originalmente estaban dos estaciones de tren en Puebla, la primera conocida como la estación del Ferrocarril Mexicano que se inauguró en 1869 por el entonces presidente Benito Juárez; y la segunda estación conocida como del Ferrocarril Mexicano del Sur.

“El ferrocarril es presente, porque sigue siendo un medio fundamental para el transporte de carga en el país, y sigue operando, por eso no podemos verlo como parte del pasado, sino del presente, que nos permite conocerlo como era ayer y como es hoy”, dijo a Notimex, María Licea Garibay, subdirectora de Servicios Educativos y Externos del Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos.

Asimismo, dio a conocer que el público se sorprende al conocer el coche de correos, el carro dormitorio, así como el coche especial Ávila Camacho, un auto muy lujoso, en el que viajaban los altos funcionarios de Ferrocarriles Mexicanos.

Además, hay unidades que están abiertas de manera permanente, también las hay para casos especiales o con fines específicos.

En ese sentido, comentó que en ocasiones permiten el acceso al coche bar Chihuahua-Pacífico, un coche cantina que ocupan cuando hacen presentaciones de libros, lecturas de poesía o tertulias literarias, donde los participantes viven la experiencia de recrear aquellos momentos que se vivieron.

Uno más que usa de manera especial es el coche prensa, que se utilizó por Ferrocarriles Mexicanos para la capacitación del personal, pero posteriormente se usó como el espacio para la prensa que cubrió una campaña política para un candidato a la Presidencia de México.

“Este carro cuenta con butacas, porque lo usaba la prensa que cubrió la campaña, y hoy aprovechando esas condiciones desarrollamos el programa Cine-Estación, donde todos los viernes se proyectan películas y los sábados documentales animados para todo el público”, detalló Licea Garibay.

Además de los trenes, el mismo edificio es una joya. Esta estación del Ferrocarril Mexicano que se inauguró en el año 1869 es una de las más antiguas que se construyeron en México, por lo que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) declaró este inmueble como Patrimonio Histórico.

La estación ahora sirve como el espacio donde se exhiben las exposiciones temporales que organiza a lo largo de todo el año el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos, así como para conferencias, presentaciones de libros, charlas y demás.

El Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos trabaja con un techo presupuestal y un programa de operación que forma parte de la estructura del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).

El público más asiduo es el familiar, por ello, los fines de semana son los días más concurridos, mientras que entre semana cada día se incrementa el número de escolares que acuden a este espacio para conocer no sólo el pasado, sino el presente del tren en México.

“Noviembre para nosotros es un mes fundamental, debido a la participación que tuvo el ferrocarril en la Revolución Mexicana, por eso hay mucha demanda de la visita guiada”, dijo tras apuntar que el museo es visitado cada mes por un promedio de 10 mil personas.

También, entre los verdes campos se pueden admirar las distintas herramientas de trabajo que están resguardadas en el almacén de ese inmueble, ya que existen poco más de 30 mil piezas de oficinas, comunicaciones, trabajo en el exprés, mercancía, relojes, telégrafos, máquinas de escribir y otras reliquias.

Un importante acervo lo constituyen sus documentos, se conservan tres mil kilómetros de archivo histórico, 200 mil planos, 86 mil imágenes y 40 mil ejemplares en la biblioteca especializada.

Todo ello, se encuentra en el Centro de Documentación e Investigación Ferroviaria, por lo que se convierte en el más importante de América Latina, por la diversidad de los acervos que resguarda, y que es consultada por investigadores nacionales, pero también de otros países.

Este museo abre sus puertas de martes a domingo de 09:00 a 17:00 horas, con un costo de 13 pesos por persona. Los domingos la entrada es gratuita, y también es libre el acceso para estudiantes y maestros con credencial, personas de la tercera edad, así como personas con capacidades diferentes.

En todo el territorio nacional hay 25 espacios ferrocarrileros que han sido recuperados para otras funciones, la mayoría de éstos son museos, otros más funcionan como casas de cultura o les dan otros usos